Juanpo se arrejuntaba con sus colegas para pasar una nochevieja más sin algún pronostico, y menos al acaecer el alba. Encargado de los habanos, marchó previsor al estanco, gran conocedor de la carencia de puros que existe en el mercado bien entrada la noche.
Los pilló elegantes, pensó, a ver si extrapolo mi pensamiento y entre cubata y cubata acoplo sin remordimiento, pero en esos momentos la tesis de la historia ya se perdía por otros albores, pues otro villarenco cuyo nombre no pretendo mencionar, pretendía desquiciar la noche.
Ya en la cena de nocheviej...
"¡¡Ostias!! ¿ y el Juanpo?" exclamó un zagal
"Pobre desgraciao siempre se pierde las uvas" Melancolico otro.
"Es que ese primate no tiene mesura,le dicen ¡vente! y contesta ¡va pues prim!" Aclaró el amigo de la infancia.
Las preocupaciones por tal sujeto y amigo se perdieron en el aire con las campanadas y el tutiplen. Los cubatas sobraban, como siempre, al igual que la comida, siguiendo el principio de una buena turrá, pues "buena turrá es, cuando víveres sobran para después" (de los creadores de "bocata de casa nunca ...")
El perifolleo se iba animando, que si brotes de amistad instantánea, que si antes molabas y ahora no tanto, sin alcanzar por supuesto, el máximo nivel conocido por ahora, la exaltación de la amistad x17, tan sólo soñado por algún superguerrero del Planeta Estragos.
Y cuando la historia no tenía mucho sentido, bien entrada la hora de ir a la discomuerte, se abre la puerta y aparece tu Juanpo abrazado a un extraño personaje.
"La madre que lo parió, y viene ciego, seguro que gratis" pensaron los más sanos y prósperos que aún podían fijar su atención en otra cosa que no fuera en dar ilusión vana al animalico que todos llevamos dentro.
El extraño personaje se invitó al evento y permaneció bebiéndose una litrona caliente en un rinconico. Juanpo le animaba, pero se olvidaba inmediatamente, pues el pobre chaval con los puros se había trastornado y no paraba de imitar mal a uno de esos famosos que fuman puros y no son graciosos, imaginaros el que queráis.
Alguna chica se acercaba para invitarle a coñac, como estaba el patio para que sucediera eso, pero el aliento del extraño era propio del mismísimo diablo y tiraba para atrás, para alante, dos vueltas y al suelo.
Marcharon a juntarse con el mundo a la fuerza, comprimirse y explotar, Juanpo dirigía la marcha cantando desafinado y sólo clásicos en su haber, imaginaros el tema que más os plazca.
Se cruzaron con unos tipos que llevaban calvas, entre Hare Cristnas (revolución modil gilipollistica que ya barrunto desde hace un año y alcanzará España en breves, al igual que la meditación y los pavos con las cabezas rapadas y una rasta enrrollá como si de una ensaima se tratase) y gente que lleva varios días sin dormir. Juanpo sin dudar se fue con ellos, el pobre no sabe decir que no a tales eventos multitudinariamente extraños.
Pero el extraño continuaba allí, cabizbajo y en silencio con la puta litrona que encima era Xibeca, mientras todo el gentío acariciaba la fiesta y alguno que otro la vomitaba.
Alcanzaron el festival propio de las fechas, mucha gente guapa o eso parece, precios dantescos, y ningún recuerdo al día siguiente. El segurata fruncía el ceño ante la presencia del extraño que perseguía a uno de los tantos grupos de gente guapa y elegante del pueblo. El extraño no era propicio para el local, pues vestía con una bomber con el reverso que mola, el color está en vuestros recuerdos, pantalones de pana y una gorra de Sthel naranja que le tapaba el rostro.
El segurata desenvaino los puños, pues le picaban y no veía mejor forma de rascarse, aprovechó antes de que los cursos sobre civismo que va impartir el estado para evitar muertes y violencia en las discotecas españolas se hayan estipulado y por lo tanto provoquen efectos secundarios en la gente que los escriba bajo una norma de palabras ininteligibles. El extraño permanecia quieto y sin mirar su cara fruncida.
"Que eres amigo de lo DADO y esperas que te paguen la entrada, jaja, que no tienes dinero, seguro que te lo has gastado en cerveza" bla bla, lo típico del segurata medio.
Apareció Juanpo, como siempre en el mejor de los momentos, cogió al extraño y se lo llevó pa fuera. Fuera estaban los calvos de festival y un aura mágica les envolvía o el aura mágica estaba envuelta, bueno en fin, estaban fuera tocando las castañuelas al segurata.
El extraño, e hijo de puta para los demás que le estaban viendo por allí todo el rato, no dijo ni pruna, ni alzo el talle, ni res de res.
Hasta que de repente levanta la cabeza en medio de todo el alboroto. Toda la gente lo miró atónito, se les fue el ciego y todo. Entonces éste murmuró algo entre dientes.
La gente extrañada ante lo que ya parecía un fenómeno y paranormal, exclamó al unisonó "¿Que?"
Y el extraño dijo: "Mec"
Todo el mundo se empezó a reír de si misma por lo gracioso que creía ser si misma por el acontecimiento, pues un "mec" a 100 personas a la vez no se consigue así a la ligera.
Los cráneos explotaban de la risa, las cajas torácicas se partían sin demora, Juanpo estaba meando de mientras en la esquina del antro.
Pero fuera del cachondeo el extraño continuo: "Mec....aguendios, que frió tu"
Juanpo se gira sin vainar ni na cara todos fumandose un puret y dice: "Si ques verdá primo"
Dos damiselas que casi reciben su orín exclamaron al unísono: "Jaja, Juanpo Cachorra, pero crees que ese enclenque esmeje es decente".

2 comentarios:
¿es que t'has atascau, barruntador? ¿u ques?
joer prim, que estau dos semanas fuera de casa sin mierdanet y a la par e acabao la carrera, lo cual ha agotado increiblemente mi tiempo, pero ahora me pondré de nuevo a la marcheta.
Besos
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