Post-combustión carnavalera recito, el fin de curso, en fin, ambientico. Esta vez, menos miembros y miembras, dejan un hueco vacío en LALALÁ y en el corazón. Santificados aquellos que se pelean con los libros, en estas fechas tan señaladas, de soledad y tristeza. Porque pueden redimirse el fin de semana, cosa que los convierte en santos y se merecen por ello un besico, un saludo y muchas suertes.
Menos comisionados, menos disfraces, pero el espíritu siempre presente, que en el fondo es lo que nos da fondos.
Hay que ir pensando, pasico a pasico, con lo que más importa creo, que es el verano que viene, lleno de historias que tienen que ir tomando forma de aquí en adelante. Dejar un hueco en las membranas llenas de pensamientos impuros, pensamientos materialistas y pensamientos, en general catalogados como rutinarios, para ayudar un poquico con las bases para concursos antes postulados en este post y en conversaciones aisladas en torno al alcohol. ¿Qué os parece? ¿Qué os inquieta? ¿Sería posible? ¿Estarías dispuestos? ... ¡Me la suda! ¡Bufff, tantas cosas galán! ¡Va tu, eso costaría una pasta! ¡Que te den por culo!.
En unos de esos sueños a medio camino entre la realidad y el estado adormidera, escenario mental entre abrir los ojos, joder que hice ayer y levantarse para comer, he visto Febrero, con su colorido, el desfile, la peña de la comisión con los carricos de liquido elemento y cubatas semielaborados, la comisión haciéndose la foto espaldas al colegio de Monterico, la explotada que llevaremos a esas horas, la Xaranga Carnaval, alguna abuela, que en otras circunstancias estaría postrada, esperando en la cola para coger bocata de morcas marca "DADO" que se repartirán horas despues,... ¡Cojones!... y no creo en la posibilidad de otro traje, que refleje tantas cosas, tanta mágia, tanta clase, algo con lo que hemos crecido y me acompaña siempre fiel en el desayuno.
En fin, los sueños, sueños son, como diría un ¿ruiseñor? No hay bien que por mar no venga, aunque mar de males sea y faske su empresa y vida comprendan. Mi barruntómetro se ha disparado con el disfraz de la MORCA, la agujica se me a clavado en la sien, mis fines son estupidos para que más pequeña sea la decepción, difícil será que cese de esta idea en mi cabeza, hasta que nadie demuestre mejor propuesta, los pros y los contras de ella.
El barruntador escupe lo que puede, porque le dejan, hay un barruntador en cada uno de vosotros, como aquel que le duele un hueso cuando barrunta tempestades, escupir todo lo que podáis, porque cuando algo se guarda dentro quema y cuando, por incontinencia explota, huele mucho más a mierda.
Besos con lengua 2.
Menos comisionados, menos disfraces, pero el espíritu siempre presente, que en el fondo es lo que nos da fondos.
Hay que ir pensando, pasico a pasico, con lo que más importa creo, que es el verano que viene, lleno de historias que tienen que ir tomando forma de aquí en adelante. Dejar un hueco en las membranas llenas de pensamientos impuros, pensamientos materialistas y pensamientos, en general catalogados como rutinarios, para ayudar un poquico con las bases para concursos antes postulados en este post y en conversaciones aisladas en torno al alcohol. ¿Qué os parece? ¿Qué os inquieta? ¿Sería posible? ¿Estarías dispuestos? ... ¡Me la suda! ¡Bufff, tantas cosas galán! ¡Va tu, eso costaría una pasta! ¡Que te den por culo!.
En unos de esos sueños a medio camino entre la realidad y el estado adormidera, escenario mental entre abrir los ojos, joder que hice ayer y levantarse para comer, he visto Febrero, con su colorido, el desfile, la peña de la comisión con los carricos de liquido elemento y cubatas semielaborados, la comisión haciéndose la foto espaldas al colegio de Monterico, la explotada que llevaremos a esas horas, la Xaranga Carnaval, alguna abuela, que en otras circunstancias estaría postrada, esperando en la cola para coger bocata de morcas marca "DADO" que se repartirán horas despues,... ¡Cojones!... y no creo en la posibilidad de otro traje, que refleje tantas cosas, tanta mágia, tanta clase, algo con lo que hemos crecido y me acompaña siempre fiel en el desayuno.
En fin, los sueños, sueños son, como diría un ¿ruiseñor? No hay bien que por mar no venga, aunque mar de males sea y faske su empresa y vida comprendan. Mi barruntómetro se ha disparado con el disfraz de la MORCA, la agujica se me a clavado en la sien, mis fines son estupidos para que más pequeña sea la decepción, difícil será que cese de esta idea en mi cabeza, hasta que nadie demuestre mejor propuesta, los pros y los contras de ella.
El barruntador escupe lo que puede, porque le dejan, hay un barruntador en cada uno de vosotros, como aquel que le duele un hueso cuando barrunta tempestades, escupir todo lo que podáis, porque cuando algo se guarda dentro quema y cuando, por incontinencia explota, huele mucho más a mierda.
Besos con lengua 2.
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